
Dificultades al incorporar personal de atención domiciliaria en casa de un familiar
13 de marzo de 2025Cuando se trata de cuidar a personas mayores en su domicilio, las habilidades personales y la formación del cuidador son claves para que su tarea sea realmente efectiva y de calidad. En este artículo repasamos las competencias más importantes que debería tener cualquier profesional que se dedique a este ámbito.
Habilidades personales imprescindibles
- Paciencia
Los cuidadores se encuentran a menudo en situaciones complejas y emocionalmente exigentes, como atender a personas con enfermedades crónicas, discapacitados o necesidades especiales. Por eso, saber mantener la calma y actuar con serenidad es fundamental. - Empatía
Es esencial que el cuidador sepa ponerse en el lugar de la persona mayor y entender cómo se siente. Esta empatía ayuda a crear una relación de confianza y acompañamiento más humana y respetuosa. - Comunicación clara y efectiva
Una buena comunicación no sólo facilita la relación con la persona atendida, sino también con su familia y, en su caso, con el equipo sanitario. Explicar las cosas de forma clara y escuchar activamente marca la diferencia. - Capacidad de organización y atención al detalle
El día a día de un cuidador incluye muchas tareas distintas. Saber gestionar bien el tiempo, observar cambios en el estado de la persona mayor y actuar con previsión es vital para ofrecer una atención segura y de calidad. - Gestión de situaciones de estrés
Ante una emergencia, el cuidador debe poder reaccionar con rapidez y eficacia. Mantener la calma y tomar decisiones acertadas puede salvar vidas.
Formación necesaria
- Certificado de profesionalidad en Atención Sociosanitaria y Atención a personas en situación de dependencia
Es una titulación oficial que acredita las competencias para atender a personas mayores, con discapacidad o en situación de dependencia, tanto en el domicilio como en centros especializados. - Título de Auxiliar de Geriatría
Este perfil se centra en la atención a las necesidades básicas de las personas mayores: higiene, administración de medicación y bienestar emocional. - Formación específica y continua
Es muy recomendable que los cuidadores se mantengan actualizados y sigan formándose. Hay cursos especializados muy útiles sobre enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la diabetes, así como sobre cuidados paliativos, primeros auxilios y técnicas de RCP.
En definitiva, combinar una buena preparación académica con habilidades personales bien desarrolladas es clave para ofrecer una atención de calidad. Y no debemos olvidar que la formación continua es esencial para adaptarse a los nuevos retos y garantizar siempre el mejor servicio posible.